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Behemoth, black metal for the masses


Fotografías del dia 2019-01-18

Behemoth, actuando en la sala Razzmatazz de Barcelona presentando 'I loved you at your darkest'.

Behemoth, actuando en la sala Razzmatazz de Barcelona presentando 'I loved you at your darkest'.


Behemoth, actuando en la sala Razzmatazz de Barcelona presentando 'I loved you at your darkest'.

Behemoth, actuando en la sala Razzmatazz de Barcelona presentando 'I loved you at your darkest'.


Behemoth, actuando en la sala Razzmatazz de Barcelona presentando 'I loved you at your darkest'.

Behemoth, actuando en la sala Razzmatazz de Barcelona presentando 'I loved you at your darkest'.


Behemoth, actuando en la sala Razzmatazz de Barcelona presentando 'I loved you at your darkest'.

Behemoth, actuando en la sala Razzmatazz de Barcelona presentando 'I loved you at your darkest'.


Behemoth, actuando en la sala Razzmatazz de Barcelona presentando 'I loved you at your darkest'.

Behemoth, actuando en la sala Razzmatazz de Barcelona presentando 'I loved you at your darkest'.


Behemoth, actuando en la sala Razzmatazz de Barcelona presentando 'I loved you at your darkest'.

Behemoth, actuando en la sala Razzmatazz de Barcelona presentando 'I loved you at your darkest'.


Los Behemoth, liderados por Nergal (de nombre real Adam Darski), han llevado el black metal a lo que muchos aficionados al género llaman mainstream. ¿Y qué quiere decir mainstream en el black metal? Cosas diversas pero sobre todo se apunta a su popularidad que se manifiesta en casi llenar la sala Razzmatazz 1 de Barcelona. Para el black metal llenar una sala como la Razzmatazz es como para el pop llenar un Palau Sant Jordi.

Demasiada gente para el género musical misantrópico por excelencia. Otra podría ser el uso abundante de bengalas, humo, vestimenta, máscaras diabólicas, pies de micro espectaculares con simbología ocultista y confeti en su espectáculo mezclado con símbolos satánicos. Todo junto puede dar la sensación de show de feria para asustar abuelas aunque su música difícilmente puede gustar todo el mundo. Behemoth no son Ghost, los del Papa Emeritus parecen ABBA a su lado, Behemoth hacen verdaderamente música extrema.

Los Behemoth (Nergal, Orion, Inferno y Seth) empiezan a tener una larga historia. Fundados en 1991 en Gdansk comenzaron interpretando black metal para pasarse al death metal y para, finalmente, volver al black metal o quien lo señala como blackened death metal.

El caso es que la popularidad del grupo no ha sido ni mucho menos siempre la misma. Algunos veteranos pueden recordar el concierto de 2004 que dieron los Behemoth -en su época death metal, en la sala Mephisto hoy en día Bóveda- con Krisiun, Incantation o Ranarok que con un cartel de primer nivel del metal extremo no llenó la pequeña sala de la calle Roc Boronat.

Nergal es un tipo inteligente y ha sabido vender muy bien su propuesta. Los últimos discos de Behemoth, 'I loved you at your Darkest' y 'The Satanist', combinan varios estilos y no se hacen tan pesados ​​como los de, por ejemplo, raw black metal. Son más accesibles para los amantes del metal pero ni mucho menos para quien no conozca el estilo con anterioridad.

El show, de poco más de una hora, comenzó con el sonido de un coro infantil cantando 'Solve', repitiendo de forma bastante inquietante 'I shall not forgive' con voz fantasmal y, cosa rara en Razzmatazz, mientras un telón ocultaba el escenario. En este telón se proyectaban imágenes en bucles que mostraban el mapa de España con un anticristo en medio. Comienza el concierto y fuera telón, como los Kiss. Aparecen en escena con unas máscaras tétricas que simulan un cráneo sin piel en un escenario elegantemente diabólico. La iluminación también muy cuidada e intensa aunque amortiguada, de un azul pálido en la mayor parte del show.

El público, en general muy joven -muchos no habían nacido en el '91 - comienza a levantar los puños y a gritar "Nergal, Nergal" en vez de Behemoth. La gente lo vive pero no se desmadra demasiado, algo de mosh y de pogo. Han venido a ver un espectáculo que vale la pena. A continuación, un perfume embriagador llena la sala. No, no es un porro de marihuana, ahora los conciertos de metal huelen a mitra e incienso. Entre otros momentos memorables hubo escupitajos de sangre al público de las primeras filas o un final con dos tambores que por un momento recordó a Laibach.

El concierto estuvo sobre todo basado en los dos discos mencionados. Sonaron ‘Ora Pronobis Lucifer’, ‘Wolves Ov Siberia’, ‘Decade of Therion’, ‘We Are The Next 1000 Years’, ‘Ecclesia Diabolica Catholica’, ‘God = Dog’, ‘Daimonos’, ‘Bartzabel’, ‘Conquer All’, ‘Ov Fire and The Void’, ‘Lucifer’, ‘Chant for Eschaton 2000’, ‘Coagvla’ o ‘Blow Your Trumpets Gabriel’.

Les acompañaron los grupos At The Gates (mitos del melodeath sueco) y Wolves in the Throne Room (black metal).