¿Ha sido un grave error la celebración de macrofestivales en Catalunya?

Catalunya se ha vanagloriado de celebrar durante el mes de julio los festivales musicales sin distancia social más grandes de Europa, pero ha acabado siendo la región del continente con una incidencia más alta de contagios de la quinta ola de la Covid-19. La región ha sufrido un aumento del 66% de personas hospitalizadas en sólo una semana, impulsada por el grupo de personas que va de los 20 a los 39 años, con cifras de hospitalizaciones como las de mayo.

No se detecta una relación de causa-efecto entre festivales y la quinta ola de contagios, probablemente estimulada por la Noche de San Juan, las salidas de las vacaciones de verano y el aumento de transmisión que proporciona la variante delta, pero podrían haber contribuido a reforzarla.

El primer macroevento musical ha sido el Vida Festival, renombrado en las redes como el CoVida del 1 al 3 de julio en Vilanova y la Geltrú, que sufrió un muy notable caos en la entrada del evento. A continuación, el Canet Rock -renombrado a Twitter como el Canet Brot-, el 3 de julio en Canet de Mar y, por último, el Cruïlla Festival, renombrado en Twitter como Covilla, del 8 al 10 de julio en el Parque del Fòrum de Barcelona. Respectivamente han reunido aproximadamente 27.000, 21.000 y 40.000 personas.

Bajo el lema viralizado en las redes sociales que la cultura es segura, la excusa de los ensayos clínicos con el asesoramiento de la Fundación Lucha contra el Sida y las Enfermedades Infecciosas, el escudo -débil- de los tests de antígenos y la llamada del marketing a la parte emocional del público, recordando como eran los conciertos antes del coronavirus, estos festivales han transmitido el relato que estos espacios eran seguros para los asistentes, como los de antes, con la diferencia que las personas deberían llevar la mascarilla siempre puesta -segundo escudo contra el virus- excepto en unos lugares determinados de comida y bebida. De esta manera se ha frenado mucho el alarmismo que podría provocar la visión de miles de personas bailando y cantando juntas codo con codo.

Sin embargo, voces del sector sanitario no confían en los tests de antígenos como "pasaporte sanitario". El investigador y genetista Salvador Macip ha señalado sobre los tests de antígenos que "son una herramienta importante para el control de la pandemia, pero no podemos vender la idea de que son un pasaporte para hacer lo que quieras" y, sobre los festivales, "no se deberían hacer" porque "con un alto de nivel de circulación del virus poner la población no vacunada junta es un poco absurdo", recoge 'elMón'. Magda Campins, jefe de Epidemiología del Hospital del Valle de Hebrón de Barcelona, ​​asegura que "no es prudente" hacer grandes eventos en estos momentos: "Todos hemos visto imágenes del Canet Rock... en que se hicieron tests de antígenos y se detectaron cien personas y pico positivas... pero sabemos que a partir de un rato que se está allí las mascarillas están bajadas, las personas están muy juntas, gritan, cantan... y todo ello favorece la transmisión. "

Efectivamente, el control de los miles de personas que participan en el festival para que llevaran mascarilla ha sido deficiente, tal como se puede ver en los vídeos de 'Metropoli Abierta'. Incluida Laura Borràs -presidenta del Parlamento de Catalunya.

En conclusión, los dos escudos que debían proteger los asistentes de los festivales, test de antígenos y mascarillas, tienen fisuras: la validación de los tests de antígenos como pasaporte sanitario es discutible y una parte del público no se ha puesto la mascarilla correctamente. En consecuencia, la credibilidad del lema "la cultura es segura" ha quedado tan mermada que la Acampada Jove, festival de las juventudes de ERC, ha decidido anular su edición por "responsabilidad" aunque tenía permiso para hacerla siguiendo el mismo modelo que los fstivales anteriormente descritos. El consejero de Salud, Josep Maria Argimon, se ha mostrado en contra de más festivales multitudinarios y señaló que hay imágenes de los festivales que no le han gustado nada. Finalmente, se ha ordenado en Catalunya que todos los eventos culturales se lleven a cabo con el público sentado, terminando a las 00:30h como máximo.